sábado, agosto 18, 2007

(Siemprenunca)

15 de agosto, 2007

Llevo ya 24 horas instalada en esta casa, y he pensado bastante, he pensado sobre cosas que me hace pensar esta casa que no es donde vivo ahora pero lo fue tanto tiempo, y que sigue estando en una parte de mi vida.

He estado pensando en mí, en ellos, en la situación presente y en todo lo que estas paredes, tantos detalles, me hacen venir a la memoria. He pensado el pasado y el presente, el de ellos, y el mío. He estado triste y en paz, serena y emocionada, permeable.

He pensado mucho en mí al fin y al cabo, en mis sentimientos actuales, en lo que pienso sobre las personas, las relaciones, la madurez, la naturaleza humana, tan humana… no sé, supongo que he divagado bastante, es lo que facilita el no tener nada que hacer para nadie por un rato, el estar simplemente regalándose el tiempo a uno mismo.

Y hay dos conceptos que me han revoloteado especialmente en los silencios como este, que están en realidad rondándome en este tiempo de pausa de una forma más fuerte que antes, o eso me parece a mí: las palabras siempre y nunca.

Dos antónimos tan sinónimos, tan usados y ultrajados, celebrados y llorados … tan aparentemente bellos y poderosos, ingrediente esencial de las promesas y de las mentiras, en la misma proporción… esas dos palabras infieles e irresistibles me persiguen y me confunden, me provocan para que las desee y las niegue, me tientan a adorarlas y a olvidarlas; son tan fuertes las dos en la vida, en la de todos, y nos hacen tan humanos… y no son más que lo mismo dicho de otro modo -cosa muy humana- porque el nunca es un siempre disfrazado de no, y el siempre es un nunca en afirmativo.

Pensaba si me siento capaz de usarlas en alguna situación, si en mi vida hay siemprenuncas … y los hay, claro que los hay, pero me doy cuenta de que son distintos de los de otros momentos, que esos absolutos se me han vuelto otros. Ahora podrían parecer más banales y a la vez son más reales, más simples en apariencia pero se han convertido en pequeñas grandes cosas; mientras que antes eran más bien palabras engrandecidas pero huecas, llenadas de humo por mil razones, por la cultura, por piel ajena, por nuestros deseos, por la edad.

Ya no creo que un siemprenunca pueda ser prometido en la amistad o en el amor, por ejemplo; eso es un saco demasiado grande. Pienso que el siempre está en la persistencia de lo grande en lo particular, en la palabra o el gesto diario que transmiten la honestidad, la generosidad de espíritu, el respeto… lo bueno que damos y esperamos del amigo o del amante en un sentido amplio, y su ausencia por tanto en cualquier momento como la amenaza del nunca.

No se puede prometer un para siempre o un nunca en esos dos terrenos, porque el hecho mismo de prometerlo los ultraja, uno no puede prometerse a sí mismo, solo darse por hecho, ni esperar esa promesa de nadie. Pero nos fundimos y nos confundimos todos tanto con el siemprenunca del amor y la amistad, que en este momento el siempre y el nunca me parecen la causa de mucha infidelidad e infelicidad, y prefiero ponerlos juntos y entre paréntesis, a ver si nos dejamos vivir y ver en paz el presente.

Ahora
que es de noche y huele a hierba,
Y sabe a rocío
y suena Bach
(y unos ladridos lejanos)
Aquí
donde pocas veces he estado
sola
Pero he estado tanto,
Y tantas noches,
y tan distintas a esta.

Ahora estoy mirando,
Lo de siempre
Y viendo
como nunca.

Miro este porche
y se me ocurre el adjetivo”inventado”,
Miro la fuente
y la pienso “habitada”,
Miro todo
y me detengo en los juguetes esparcidos,
Y nos siento
a nosotros,
nosotros…

Y me imagino el futuro
Montado en camioncitos de plástico
Paseando
como las sombras,
Pero yendo adelante,
como siempre,
Y distinto,
como nunca.

Ahora
Que estoy en esta casa
Y lo miro todo
despacio,
Y lo veo
lindo y triste
Y lo imagino
distinto,
Creo que con mirada
de haberme hecho
mayor,
o menos miope.
Ahora
he sentido
el peso y el deseo
de comprender
el sentido o el sentimiento
de las palabras
siempre y nunca.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy es siempre todavía.
(Antonio Machado)

 
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