Estaba pensado si escribir un post sobre Praga, pero estoy todavía reposando la experiencia y esperando a descargar alguna imagen.
Quería postear algo ahora, pero llevo toda la tarde escribiendo y he decidido que prefiero hablar por boca de otros, me gusta hacerlo a veces. Y he pensado en poesía, porque he leído que García Montero acaba de sacar su nuevo libro de poemas y porque eso me ha llevado a rescatar algunos de sus poemas antiguos. Hay muchos, diría que todos, pero este me gusta especialmente porque para hablar de amor habla del mar y las palabras.
EL AMOR
Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.
Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.
Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.
Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.
Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.
LUÍS GARCÍA MONTERO
miércoles, junio 04, 2008
por boca de un poeta
Etiquetas: poesía
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