Es curioso cómo una fecha puede transformarse... pasar de ser una cosa a ser otra, tan distinta, o significar varias cosas a la vez.
Este 28 de enero ha sido, por primera vez, solo una cosa y solo mía: de ahora en adelante el día en el que celebro que me vine a vivir sola a este piso, celebro mi valor, mi independencia, mi libertad y mi confianza, compartidos con la gente que sigue ahí, la que cuenta. Solo ahora sé sin dudas que estoy donde quiero estar, que soy capaz de lo que desee y que nunca, nunca, me sentiré sola ni triste celebrando solo una cosa en este día.
Brindo por ello, en una noche compartida en esta casa con una de las personas que la llenan de todo lo que vale la pena, de amistad, de sinceridad y de cariño del bueno, del que nunca se acaba. Me siento feliz aquí, en la casa de las puertas abiertas.
lunes, enero 28, 2008
28 de enero
Etiquetas: pensando...
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1 comentario:
Mi colina de sueños, tambien tiene todas sus puertas abiertas,soy un ermitaño sin llaves, no las necesito.FELIZ 28 DE ENERO
Un placer saludarte.
Antonio
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