Hace un tiempo que me sorprendo más flexible y adaptable que nunca, abierta. Es algo así como haber cambiado el estado de mi materia, pasando de cierta rigidez, dureza o pesadez de espíritu a un estado en el que, sin dejar de ser yo misma, soy más ligera, suave y blanda.
Y eso sin perder mi esencia, porque no me siento un material maleable sino puro, soluble pero independiente. Es un estado en el que mi materia sale y penetra fácilmente, resiste a los golpes por efecto de absorción, procesamiento y expulsión, conserva la memoria justa y necesaria, y me modera la temperatura del alma.
Tal vez no son más que los años, eso que llaman madurar y que podríamos llamar cambio de estado de la materia o cualquier otra cosa. Es como ver la misma realidad desde otro prisma, desde otro filtro que, consciente ya de la capacidad de escoger el color del cristal con que mira el mundo, lo llena todo de luz y posibilidades abiertas.
miércoles, marzo 26, 2008
el estado de mi materia
Etiquetas: pensando...
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