Colgado en una lámpara, está este poema en mi casa. Lo releo hoy, con furia y tristeza, con esperanza.
Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
!Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.
Ángel González
viernes, febrero 27, 2009
porvenir
Etiquetas: poesía
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