sábado, julio 09, 2016

Mujer en el río



Caminas sola frente a mí
junto al río
durante el trayecto que me conduce
a otra primera vez
y pienso
mientras observo tus pasos cortos
algo apresurados
y tu modesta elegancia
que somos la misma mujer ahora
que vamos al mismo encuentro.

Es domingo y atardece sobre nosotras
un soberbio paisaje celeste
por el que perdonarle a Madrid
que no tenga horizonte de mar.

Avanzamos en silencio
entre conversaciones ajenas
que son pájaros que se nos cruzan 
y pasan de largo
pero yo acompaso mi ritmo al tuyo
porque hoy quiero caminar sólo contigo
que soy la estela de tu juventud de ayer
y espejismo tú de mi edad que viene.

Hay una dignidad de astro en nuestros pasos
en la curiosidad serena que nos invita
esta tarde de nuevo
al juego fugaz de las luciérnagas
al tal vez sí de los amores posibles.

Y aplaudo en secreto tu existencia hermana
frente a mí como un estandarte
en blanco y negro
y te tiendo mi mirada atenta
con un abrazo de aire, cómplice de tu fantasía
y también de tu caverna.

Sabemos que algo se seca en nuestros vientres
de madre 
con el paso del tiempo
pero aún no es tarde para la vida
porque hoy tenemos lluvia en las manos
y un atardecer más para los sueños.

Ellos nos están esperando
dejemos que nos reciban sus árboles
con las raíces abiertas
y lleguemos solas porque estamos juntas
y hoy hemos pisado la orilla de las promesas
junto al río de los milagros.


 
*