lunes, mayo 19, 2008

olivares y limones



Me he pasado una semana en la campiña de Córdoba. Una semana de madrugar y respirar el aroma de limones del limonero del patio de la casa de mis abuelos, de pasar el día hablando de la forma de salvarle a vida a los olivares enfermos de un hongo llamado Verticillium, de volver al atardecer cansada cantando con mi prima todos los hits de la radio y de perderme en la observación de un horizonte de llanuras y suaves montículos moteados de cientos de olivos vivos, señoriales, ritmados por los campos de trigo y girasoles, el primero mostrando ya su paso del verde al dorado y los segundos creciendo todavía, tiernos. Las amapolas de los márgenes, cada vez menos por culpa de los herbicidas, acompañaban con notas de color al entorno de tonos verdes, amarillos y azulados, con cielos preciosos enrojecidos algunas tardes y sembrados también... de nubes.

Las noches, en casa, con el brasero todavía en la mesa camilla y la compañía de Mª del Pilar, una mujer serena de la que aprendo muchas cosas y con la que comparto no solo toda mi vida sino también mi idea de cómo merece la pena vivir el futuro, serenamente y rodeada del amor auténtico de la gente auténtica.

Regreso con algún punto de tristeza porque no todo siempre es perfecto... pero con la firme voluntad de quedarme con esos aromas caseros de limón y cariño, y con esos paisajes de olivares al atardecer hasta donde se pierde la vista, pero nunca la mirada.

4 comentarios:

Pancho Zen dijo...

y pensar que hay gente que pasa su vida ignorando lo sabroso que es el mundo fuera de las murallas de la ciudad!!!

sabes, en mi país tienes la cordillera a 190 kilómetros de la playa.... puedes ir a esquiar temprano y cenar mirando lapuesta de sol sin mucho problema.

sin embargo se de personas que ya de mayores, no han tenido la suerte de remojar sus pies en la arena humeda de la playa ni de ver el sol asomarse tras el cerro el plomo.

benditos aquellos que impregnan sus espíritus de mágia..... benditos aquellos que disfrutan la vida.

b. dijo...

Chile es un país maravilloso que espero que la vida me dé la suerte de poder visitar y, con una mirada abierta y curiosa, impregnarme de su magia y de los momentos que me regale. Cada tierra desconocida es una promesa y una razón.

Pilar dijo...

Estas noches acompa�ada han sido tan gratificantes en mi vida emocional y me he sentido tan agusto que han envuelto en una rafaga de alegria y cari�o mi vida.

He aprendido vivir de modo simple y sabio,mirar al cielo y rezar a Dios

(poetiza rusa)

Pancho Zen dijo...

estimada B.... Chile es un país lindo y de amigos.... cuando vengas, que Dios te dará la posibilidad.. ya cuentas al menos con uno.

 
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