sábado, agosto 18, 2007

Impresiones



Hoy, 7 de agosto de 2007, he creado mi blog por fin. Sentía el deseo de crearme este espacio de escritura, privado pero abierto al mismo tiempo a las personas con las que decido compartirlo, sin secretos, como intento que sea mi forma de habitar el mundo y las relaciones con las personas que me importan, por distintos motivos.

Lo inicio sin saber aún demasiado cómo, qué, hasta cuándo.. solo sé el por qué, que es tan simple como un porque sí, o un por qué no.

Tengo un fichero con algunas impresiones, escritos que hubiera podido ir publicando por días pero que tengo acumulados, esperando... los incluyo todos juntos aquí, porque la historia empezó en realidad entonces, ese 24 de febrero en que este ordenador llegó a mis manos, a mi casa, y nos fuimos acostumbrando el uno al otro, hasta ahora.

La ventana se ha abierto ahora, porque solo se comparte lo que se deja salir.


Sábado, 24 febrero 2007


Hoy es el primer día de algo, simplemente porque ha llegado a casa mi nuevo ordenador portátil y desde hoy puedo escribir en él. Algo tan simple y banal como eso es para mí una pequeña revolución, algo que llevaba un tiempo esperando, la excusa que ya no tengo. Y dentro de unos días, cuando se conecte a internet, mi casa será un lugar nuevo por esta simple razón de 2 kilos, este libro mágico como una ventana con vistas a todas partes desde cualquier lugar.

Bienvenido a casa y gracias, muchas gracias por empezar esta historia conmigo.


Domingo, 25 febrero 2007


Me pregunto si los errores que estoy cometiendo ahora, lo que no estoy haciendo, lo que me callo, lo que temo, lo que no acepto… podré repararlos algún día y decir que he aprendido la lección. Me aterra pensar que haya algo sobre lo que ahora tengo control de lo que me tenga que arrepentir mucho siempre... luego pienso que no hay aciertos ni errores, sino solamente vivencias… mi historia.

¿Hay algo que pudiera hacer ahora para cambiar mi vida? Y si lo hay ¿voy a saber que debo hacerlo? Yo confío plenamente en que sí, que lo sabré, y que lo haré.


Viernes, 13 abril 2007


Casi dos meses después desde mi última impresión escrita en esta pantalla, regreso a ella constatando que la conexión a internet ha resultado ser más inhibidora que motivadora de mi propósito de escritura… las fotos, los emails, la música, la webcam… han ocupado más tiempo que la pantalla en blanco dedicada al único fin de decirme algo a mí misma. Creo que es porque no siempre tengo ganas de hablarme, y tampoco sé por qué me pasa eso.

Me siento en un estado de pausa y cierta tristeza, que curiosamente no afecta a mi parte social (o no de forma demasiado evidente todavía), sino que se manifiesta como en un compartimento estanco, el de mi corazón y mi relación conmigo, con lo más profundo de mí, con mis deseos, mis sueños, mis proyectos, mis ideas, mi voluntad.

No me gusto la mayoría del tiempo y me siento perdida, esa palabra tan tópica pero tan justa. Perdida porque no sé adónde voy, y si lo intuyo me da la sensación de estar tomando el camino equivocado, asustada ante la posibilidad de tener que desandarlo.



Domingo, 6 mayo 2007


Últimamente me preocupa sentirme tan silenciosa, cada vez más. Ya no escribo apenas en mi cuaderno de la mesilla de noche, ya no hablo demasiado de lo que siento y cuando lo intento no me gusta escucharme, me entran unas ganas irrefrenables y adolescentes de llorar, y me siento ridícula y un poco asustada ante la constatación de tener realmente algo que decir que no sabe cómo salir, que me avergüenza en parte.

Me da la sensación de que no he avanzado desde mis poemas juveniles, y que esa sensación de angustia y vacío siguen conmigo desde entonces y que, a pesar de los años y de todo lo que he aprendido, sigo siendo irremediablemente yo con todo lo bueno y lo menos bueno que eso implica.

Sigo viendo la esperanza como ese punto de luz al final de un camino, frágil y pasajero; sigo viendo el futuro como un abismo que me asusta y el amor como un ideal inalcanzable o decepcionante. Sigo sintiéndome sola a pesar de no estarlo, y ahora sumo a todo ello la preocupación y la urgencia por cambiar algo, por dar un giro en alguna dirección, romper con algo que está demasiado incrustado a mí y que identifico solo a medias.

No sé hasta qué punto mi ruptura con O me ha afectado; cuando pensando en ello sigo sintiendo un dolor contenido pienso que la herida ha sido más grave de lo que pensaba, y que sus raíces son muy profundas y siguen dentro de mí. Me rebelo contra esta persistencia del dolor y me confundo cuando intento buscar sus motivos reales, qué hay de él o de mí en todo esto. Intuyo que de él queda poco o nada, queda básicamente su ausencia como duda, como abandono, como incógnita; pero tras eso no hay nada, él no es nada en mi vida más allá de la incomodidad que me supone no haber acabado de una forma más consoladora con una parte de mi vida. El dolor es mi propia sensación de fracaso personal.

Me siento como esperando a que me pase algo, a que algo o alguien cambien mi vida, a que a la vuelta de la esquina, un día cualquiera, me decida por alguna opción, tome decisiones o las tomen por mí. Me siento esclava a veces de la inercia, y quisiera superar esta fisura profunda que me separa de mis deseos y ser distinta en algunas cosas, atreverme a luchar por lo que quiero, querer algo en realidad.

Me ahogo y solo se me ocurre huir, escaparme, cambiar el contexto; pero hasta eso creo que es engañoso, y no sé qué puedo hacer. Y no hago nada, pasan los días y las horas en el vacío. Y sé que pagaré un precio por ello, lo estoy pagando y esta es mi historia.


Lunes, 15 de mayo 2007
Sidecar, antiKaraoke. Un espejismo de él.


El azar me ha regalado hoy
un espejismo de ti.

Le he olido,
y le he mirado
como se reconoce, al borde del gesto,
pero sin mirar del todo,
para lograr la unión fugaz
entre seguir siendo
extraños
y ser tú un poco todavía.

Este absurdo nuestro,
tuyo, mío, tuyo…
nos ha convertido
en nada,
en fantasmas,
en reflejos de otros, en otros.

Hoy el azar
me ha regalado tu reflejo,
y un duelo de espejos
entre que no fueras tú,
y lo fueras un instante.


Junio/julio 2007


Hoy escribo un mes y no una fecha precisa, porque mi impresión es algo que no está ligado a un día sino a un proceso de días, gestado durante meses, tal vez durante años o durante toda mi vida.

Junio está siendo el punto de inflexión crucial en un momento crucial de mi vida, un momento al que me llevó la angustia y la sensación de bloqueo de mis escritos anteriores, de mis meses anteriores alejada de mí. Y los releo a la luz de mi situación actual, y cobran todavía más sentido. Era necesario ese dolor y ese ahogo para salir a la superficie y respirar, respirar…

Yo he provocado los cambios, me he colocado en el abismo y he saltado, sonriendo, sola. He roto con el miedo, he activado y reconocido los símbolos de fuerza que me ofrecía la vida y todo está cambiando… por dentro primero y por fuera en consecuencia.

París… 1 de junio en París, él en París y el encuentro como mensaje, y su ausencia también… De allá me traje lo que una vez me dejé, la fuerza y la alegría suficientes para dejar mi trabajo, para explicar mis motivos, para no dudar de mí y mis decisiones, de las posibilidades que me ofrece mi tiempo, mi vida.

Formentera… un oasis de silencios necesarios, de belleza necesaria, de descubrimientos mágicos, de nosotras, de él… ¿cómo podría ser casual todo eso? a veces es necesaria una ruptura, un silencio, una pausa, y todas las señales lo provocan, lo han estado forzando en realidad a lo largo de estos meses.

Necesito afirmarme por encima de los condicionantes y los juicios de los demás, y de la amistad también, lo más difícil de asumir para mí como fractura… pero lo tengo frente a mí, como los encuentros casuales con O justo ahora, como la ilusión de otra persona que nace de nuevo en mí, aún de forma vaga y conscientemente soñadora, pero intensa, pura, verdadera, compartida, única.

París a final de junio, la puerta de julio y quién sabe… es el regalo, es la posibilidad, es el sueño, la locura, la belleza, el deseo, la aventura, el descubrimiento. Es el inicio de algo, el regalo y la prueba que me ofrece la vida, para que lo viva simplemente… simplemente! Y no dudo de que voy a vivirlo con toda la autenticidad y la honestidad de que soy capaz, y con más libertad personal que hasta ahora.

Me siento parte de un todo mayor, conectada por fin a algo que tiene un sentido, una Ítaca personal que tiene la paz como destino y todas las posibilidades como caminos. Simplemente eso.

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