martes, octubre 09, 2007

Grizzly Man

Timothy Treadwell (llamado el "hombre pardo"), pasó 13 veranos enteros viviendo (o superviviendo) en un lugar recóndito de Alaska, la Reserva Nacional de Karmai, paraiso de los osos, sin más armas que su temeridad y su amor. Durante los 5 últimos años registró con una cámara imágenes insólitas, recogidas en un documental magistral de Werner Herzog llamado Grizzly Man, que me recomendó ayer Amanda en el video club.

Su vida y su muerte han sido objeto de muchas opiniones controvertidas, acerca de su temeridad, su locura, su obsesión o su amor irracional por esos animales, por todos los animales y por la naturaleza, exhuberante y salvaje, en la que se instalaba y que sin duda le salvaba de un mundo real que le fue más hostil. Es un documento que vale mucho la pena visitar (hay muchas entradas en youtube), no solamente por la belleza paralizante de los paisajes y de la proximidad con esos animales, sino por el personaje, su entusiasmo, su energía vital y su excentricidad, su bondad y su amor temerarios de tan generosos.
No le juzgo, ni le venero... le observo y me parece simplemente una dulce excepción, un extremo, una ventana a un mundo y a una mente genuinos, sorprendentes.

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