lunes, julio 07, 2014

PÁJARO DE CIUDAD

Hoy no quiero mirarte,
no quiero seguirte en tu vuelo a lo inaccesible,
ni imaginar en tus ojos visiones inéditas.
No quiero admirar tu aérea pobreza,
tu viaje sin peso ni despedida
tierra a través o mar adentro.

Hoy no quiero mirarte, pájaro de ciudad,
y no poder ver en mis versos de cuatro paredes
un gesto de ave que, con palabras como alas,
pudiera desatar su miedo en el viento
y volarlo de un plumazo.

Hoy te veo aquí, tan fuera de contexto
en tu alcoba de cable, teja o baranda,
atada tu libertad a este gris, a este ruido,
pájaro ignorante y hambriento,
y no quiero mirarte más,
¡quiero gritarte
expulsarte del centro al extrarradio y lejos!
necesito que tú desaparezcas,
que tú lo hagas posible.

Pero tú te quedas, no quieres irte
y yo no quiero mirarte más
porque me recuerdas a mí,
a mi propia ignorancia y mi desgana,
a mis palabras como plumas sin ala,
a los poemas de vuelo corto
que entre los escombros mendigan belleza,
como haces tú con las migas entre el polvo.

Eres la imagen de la renuncia más hueca
pájaro instalado en la ciudad.
Y justo ahora me estás mirando a los ojos
desde el otro lado de la ventana
de este tercer piso sin balcón,
donde posados, yo en mi sofá y tú en tu cornisa,
pareces decirme,
pareces querer enjaularme diciendo:
no busques, no sueñes, no escapes
aquí… aquí tienes todo lo que necesitas.


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