martes, noviembre 25, 2008

25 de noviembre

Este 25 de noviembre es especial, es un aniversario que se vuelve circular, pues celebra una especie de retorno al punto de partida. Se cumplen 3 años de un final que conecta con un incio 3 años antes. 6 en total... solo números para hablar de un sentimiento de distancia

sábado, noviembre 01, 2008

mata


Mata el hambre, la sed
la herida,
Accidente
incomprensible del alma
Radical, sin
querer y queriendo demasiado,
Tormenta de una noche
en espiral suicida
Abandonada a un final,
sin remedio.





ilustración: Telmolindo

lunes, octubre 20, 2008

18 de octubre

Ayer cumplí treinta años. Era sábado y los bosques en el Empordà olían a una suma infinita de fragancias, húmedas y penetrantes. Puedo cerrar los ojos y sentirlas, una a una, sin necesidad de ponerles nombre; hace mucho tiempo que esos aromas y yo nos conocemos, y tantos otros. No son un aire cualquiera que se comporte como lo haría el aire común que se respira. Éstos entran por la nariz y desde allí suben rápido a la sien (vibran dentro de ella, tanto que a veces obligan a cerrar los ojos), a la vez que bajan al pecho por el lado del corazón, y eso se sabe porque lo aceleran cuidadosamente. Yo tengo la certeza de que esos olores en la vida han acudido a buscarme y se me han ido instalando e inventariando, de forma nada aleatoria, en algún lugar del alma (si es que “alma” es sinónimo de “bien adentro"), y cada reencuentro con uno de ellos es una llave, la misma y siempre distinta, hacia un sentimiento esencial y siempre nuevo. Tienen algo de parecido a los sueños.

Cuando acudo, a veces por puro placer, otras por necesidad o por accidente, a uno de esos olores, entro en un terreno de la percepción y del recuerdo que implica a los cinco sentidos y que nada tiene que ver con una memoria sencilla de las cosas o los hechos. El olor de mi aula de parvulario, por ejemplo, es azulado y sabe a pan y leche. Es dulzón, mezcla de plastidecor y pañales, y tiene algo de profundamente mío. Es tal vez por esa razón que me he cruzado con él de forma especialmente repetida en estos treinta años. La última vez sucedió en la sala de espera de mi traumatólogo, y me di cuenta de que todavía le tenía un cierto miedo a la soledad. Y digo “cierto” porque en realidad ese olor me gusta y me hace sentir valiente, aunque he de admitir que sigo teniéndole respeto al desafío de hacerme compañía. Creo que esa es una de las razonas por las que escribo.

Y, en cambio, es la primera vez que describo alguno de esos olores que perfuman mi biografía. No resulta fácil hablar de uno mismo en estos términos. Sin embargo, hoy me siento especialmente cerca de lo que me revelan esos olores y podría escribir, por ejemplo, sobre uno que tengo especialmente instalado en el alma. Es el aroma que desprendía cuando volvíamos de vacaciones el piso donde me crié, que es lo más parecido a un abrazo. Me encantaba ese momento en el que mi padre (no sé por qué diría que siempre abría él la puerta) entraba con las maletas y mi hermana y mi madre le seguíamos, y yo me quedaba parada en algún lugar, invadida por ese olor a madera y a silencio, de un amarillo muy cálido y con sabor a sopa caliente. Desde entonces siempre me paro a oler la vuelta a casa después de un viaje (y he tenido ya algunas casas después de aquella, y muchos viajes) y aunque el olor no se repita idéntico, sí lo hace el abrazo y el amarillo cálido con sabor a sopa caliente. Y ese es para mí el olor del regreso.

Pero ayer cumplí treinta años y algo en mí surgió, renovado. El bosque que rodeaba el lugar donde celebré mi fiesta olía igual que aquellos juegos infantiles en la casa que tuvimos en la Costa Brava, cuando me hacía cabañas entre las encinas y los pinos, y preparaba comidas con madroños. Me invadió de nuevo y me abrió de par en par, como las compuertas de una presa. Tal vez lo favoreció el azar de la lluvia, pues ese olor en mi recuerdo está mojado, recién llovido, cargado de una sensación verde de aventura y comienzo, y que ayer volvió a mí desprovista por primera vez de la melancolía; porque todos estos olores en mi alma han tenido siempre algo de melancolía, que es la suma del placer y el dolor que se convocan en el encuentro de una memoria divagante como la mía consigo misma, con el espejo del cambio.

No me asusta el cambio, lo celebro. Es domingo y respiro intensamente este instante, que es anaranjado y huele a papel de post-it mezclado con el suavizante de mi ropa. No estoy sola. Soy feliz y mañana será lunes y seré yo, con aroma a comienzo.

lunes, junio 30, 2008

paréntesis

Te escribo poco últimamente, seguramente por dos razones: tengo menos tiempo y, en mi tiempo libre, estoy menos sola, con la parte mejor y peor que eso tiene. Porque la verdad es que estar solo puede ser muy positivo cuando hace que lo que se te pasa por la cabeza o por el alma con ganas de ser compartido salga igual pero de otra forma, como por ejemplo en un post.

Me hace pensar en que tenemos una especie de tope en nuestra capacidad de compartir, y que cuando en algunos momentos se llega a ese tope por unas vías, las otras quedan como entre paréntesis, siempre disponibles pero menos concurridas por esa suma de factores.

Este post no es para nada una disculpa, porque la ventaja que tiene mi blog es que nadie me pidió nunca que lo creara ni me pide que lo mantenga. Es un post no-post, un silencio explicado con algunas palabras que no son más que una visita, un saludo a mí misma y a esta parte de mí que es miércoles18 y a la que siempre me gusta volver como quien regresa a casa.

domingo, junio 22, 2008

el canto del cisne

Hace tiempo un amigo me pidió que escribiera un texto sobre el "antiapocalipsis" para una revista online llamada Chichi&Co que, creo, no llegó a publicar su segundo número...

Me autopublico entonces ahora que me ha venido a la memoria revisando documentos de entonces, poco antes de crear este blog.

EL CANTO DEL CISNE

Busquemos algo bueno, no en apariencia, sino sólido y duradero, y más hermoso por sus partes más escondidas; descubrámoslo. No está lejos: se encontrará; solo hace falta saber hacia dónde extender la mano; mas pasamos, como en tinieblas, al lado de las cosas, tropezando con las mismas que deseamos…
Lucio Anneo Séneca
(4 a.C.–65 d.C.)

Las primeras líneas de mi texto las quiero consagrar al aviso de que no tengo grandes conclusiones, de que no hay una tesis que justificar; más bien se trata de compartir algunas ideas que, alrededor de un tema tan oceánico como el antiapocalipsis, se me venían desordenadas y perdidas a la cabeza estos días.

Y es que la propuesta me parece de una ambición considerable, porque al fin y al cabo, es como reflexionar sobre algo así como “el estado de ánimo del mundo”… ¡complicada tarea para una mente dispersa como la mía!

Así que cuando decidí participar del reto me puse a pensar un rato, a ratos, a mirar distinto, a leer un poco, de unos pocos… y aunque seguía sin conclusiones ni tesis, me di cuenta de que el mundo, o al menos el mío, estaba lleno de señales antiapocalípticas y que por tanto tenía que encontrar la forma de compartirlas con vosotros.

La primera cosa en la que estuve pensando fue curiosamente en la astrología. Me contaron hace poco que se está produciendo el paso de la era pisciana (regente en los últimos 2160 años) a la acuariana, propiciada según google por una nueva frecuencia que afecta al planeta llamada la “banda fotónica de Alción” y que además coincide con un fenómeno puramente astronómico de retrogradación de un tal “punto vernal” llamado Gamma... (hasta aquí no hemos entendido nada, estoy de acuerdo). Si la era pisciana ha sido la del poder, el control, los miedos, la codicia, la violencia o la adicción, la acuariana será la de la ruptura y la liberación, la del libre albedrío y el amor.
El tema es que nosotros estaríamos justo en medio de las dos (no se ponen muy de acuerdo sobre las fechas), así que por un momento me pareció que tenía cierto sentido hablar de un supuesto cambio de era atrológica/astronómica como responsable de estos tiempos antiapocalípticos en los que andamos como perdidos buscando señales, guías, evasiones, inspiraciones, rupturas … y en los que tanta gente se acerca (en el mejor de los casos) a grupos místicos, agrupaciones New Age o técnicas orientales de todo tipo. Parecía que la cosa cuadraba bastante; no sé qué os parecerá a vosotros…

Pero a mí, y tal vez por un exceso de racionalidad (o falta de fe), me hacía sentir algo incómoda la idea de defender esta teoría sobre la actitud antiapocalíptica, puesto que tampoco es la que practico yo, que soy en general bastante reacia a los credos de cualquier tipo. Así que me tomé un día de reflexión entre libros (enfermedad imaginaria para los amigos y menos imaginaria para mis jefes) para hurgar un poco a ciegas entre otras posibles ideas que compartir con vosotros. Este viaje fue más placentero e inspirador, pero tampoco me llevó a grandes respuestas y, como todo viaje desordenado a la inmensidad de los libros, me dejó un poco con hambre. Pero me paseé entre poetas, filósofos, místicos y otros publicadores de algo, y anoté algunas ideas útiles y pasé por muchas otras más o menos interesantes.

Por ejemplo, lo primero que anoté fue una cita del poeta Roberto Bolaño en una entrevista para la revista Quimera , donde afirma que el sueño es como el psiquiatra que cada noche te está curando. Me llamó la atención esa idea, porque siempre he pensado que dormir es una actividad fantástica de la que hablamos poco, un descanso de uno mismo y del mundo que ofrece una verdadera salvación a ciertos días de apocalipsis. Una oda al dormir (y la libertad de los sueños) como emblema del antiapocalipsis me pareció también un buen tema del que hablaros; y hasta pensé en un posible video en el que varias escenas de violencia, de miedo, de tristeza, etc. fueran intercaladas con escenas de plácido sueño, como ese paréntesis universal en medio de cualquier situación de fin de un mundo... Luego pensé que los desastres ecológicos no duermen de noche, y que a veces se tienen pesadillas, y que siempre nos acabamos despertando… y por eso me quedé solo con la frase de Bolaño.

Después di un paseo y hacía un día precioso, y me di cuenta de cómo las calles, los portales, la gente, los detalles más pequeños, podían convertirse en una colección de señales del antiapocalipsis; y pensé en un posible reportaje de fotos, de pequeñas situaciones que me sorprenden a veces y que me parecen positivas y esperanzadoras: la floristería de la esquina, el viejo “loco” que canta ópera en una placeta de Gran de Gràcia, el sol entre las hojas de un árbol, los voluntarios de Oxfam tenaces a la salida del metro, la señora que me pide que le alcance una lata de berberechos demasiado alta en el colmado… de repente me di cuenta de que el día estaba lleno de cosas que me parecían antiapocalípticas, y también de que no es porque lo fueran especialmente, sino porque yo las veía así; por eso me dije que tal vez era algo demasiado personal.

Así que volví a los libros, y esta vez me incliné por títulos bien serios como El fin de la modernidad de Giani Vattimo, o El fruto de la nada del Maestro Eckhart, y algo de Sabater sobre el siglo XXI y de Amador Vega sobre el nihilismo… en fin, que me metí en camisa de once varas porque todo resultaba demasiado complejo y disperso. Anoté algunas cosas, pero pensé que os aburriría y me aburriría a mí misma hablando del fin de la historia según Gehlen o Heidegger, o de la idea de la pobreza de espíritu de las bienaventuranzas según Eckhart… estaréis de acuerdo conmigo (o lo hubierais estado).

Y justo entonces, cuando me sentía del todo desorientada y a punto de desistir, di con Sócrates, con su biografía y con la mítica escena de su muerte, que relata Platón en El Fedón. Regresé gracias a ese libro a la anécdota del canto del cisne, que leí hace muchos años, y me pareció una imagen preciosa de la actitud antiapocalíptica que andaba buscando, y pensé que aunque no sabía qué contaría en mi artículo, acabaría mi texto con ella (suele pasarme que me motiva más pensar en el final que en el principio de ciertas cosas). Os cuento: Se decía en la antigua Grecia que los cisnes entonan sus más intensos y bellos cantos antes de morir , y no sé si es o no verdad, pero Platón lo usa como ejemplo de la muerte de Sócrates, de su actitud positiva y valiente ante el final, ante su propio apocalipsis.

Pensé que me gustan los finales que no se angustian, los que se rinden homenaje, los que se rebelan contra las falsas consolaciones y no necesitan promesas, ni se condenan. Me gusta pensar en los finales por adelantado, porque en el final de las cosas está muy a menudo su máximo interés, y porque el apocalipsis sucede cada día, y cada día sucede lo contrario. La vida tiene menos que ver con los principios que con la dignidad de los finales .



SOBRE LA AUTORA

Nací un miércoles de octubre hace más o menos veintiocho años y me llamaron Belén. Desde entonces, me dedico al tan interesante como inevitable (según el día) oficio de vivir conmigo; y me encantan los miércoles, y hasta mi nombre.

Curiosa empedernida, madura a ratos, romántica desencantada, sincera sin remedio, solitaria a regañadientes, impaciente, amante de las palabras y de ciertos silencios, amiga de lo relativo y de mis amigos, una de las pocas cosas absolutas.

Me encantaría pasarme el resto de mi vida viajando, buscando, descubriendo, compartiendo, escribiendo… todo eso que a veces me parece que solo hago a ratos, a medias; pero que va conmigo como mi nombre, como los miércoles.

Camille

Ya que ayer me perdí un gran concierto, conjuro mi rabia con un post... más vale tarde que nunca. El año que viene no me pierdo lo bueno del Sónar, prometido!

viernes, junio 20, 2008

veleta

Como una veleta al viento
que gira loca y sin sentido
sobre un eje que conserva
su raíz de alma y carne.

Como una veleta me siento
girar en todas direcciones
en movimiento y anclada,
caprichosa y alegre
caprichosa y triste...
con ganas de volar a veces
sin Dios
sin adiós.



El video: Hercules&The love affair (con Antony)

viernes, junio 06, 2008

Hay golpes en la vida...

La vida tiene golpes.
Los tiene de todos los tamaños y proporciones, en formas infinitas y siempre inesperadas, para bien y para mal. Su calidad principal es justamente esa, la de lo inesperado. Entonces, cuando es para bien hablamos de sorpresas y cuando es para mal de golpes. Porque el golpe es una sorpresa que en lugar de hacerte libre y ligero te encadena a tu propio peso, te hace dolorosamente consciente de tu propia existencia amoratada o en carne viva, asustada.

Y lo interesante del tema es que ambos conviven en cualquiera de nuestras vidas humanas, individuales y colectivas, en un equilibrio complejo que convierte a la felicidad (la paz, la sabiduría, el Nirvana) en una pieza de alta ingeniería del alma. Si el mecanismo funciona logramos un buen balance de sopresas y golpes, compensado la explosión evanescente de las primeras con la contusión de las segundas, aligerando el peso de cualquier golpe con el bálsamo áereo de alguna sorpresa esperanzadora. La combinatoria es interminable en grados y calidades, en duraciones y profundidades, hasta hacer de nosotros seres en constante supervivencia y superación, adiestrados para la compensación por pura máxima de conservación de la especie.

Lo bello de todo este juego que es la vida es, como siempre, el arte. La vida podría verse como una interminable exposición de obras de la sorpresa o el golpe, a menudo en evidente desequilibrio, otras en deliciosa armonía.
Lo sabio de todo está en quitarle un poco de peso al golpe, en entender que "así es la vida a veces" y seguir adelante, siempre, porque solo tenemos una vida y es nuestra responsabilidad compensarla y llenarla de posibilidades de todo tipo, entre ellas la de volar.

Te dejo este poema de César Vallejo, que me vino a la memoria pensando en los golpes de la vida:

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

miércoles, junio 04, 2008

por boca de un poeta

Estaba pensado si escribir un post sobre Praga, pero estoy todavía reposando la experiencia y esperando a descargar alguna imagen.

Quería postear algo ahora, pero llevo toda la tarde escribiendo y he decidido que prefiero hablar por boca de otros, me gusta hacerlo a veces. Y he pensado en poesía, porque he leído que García Montero acaba de sacar su nuevo libro de poemas y porque eso me ha llevado a rescatar algunos de sus poemas antiguos. Hay muchos, diría que todos, pero este me gusta especialmente porque para hablar de amor habla del mar y las palabras.

EL AMOR

Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.

Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.

Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.

Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

LUÍS GARCÍA MONTERO

martes, mayo 27, 2008

PRAGA


Mañana vuelo... a Praga. Promesa del viaje y el descubrimiento de una nueva geografía de la vida y, seguro, del alma. Antelasa de algo bello, como todo viaje... continuará a la vuelta.

viernes, mayo 23, 2008

Bernardo

Un personaje tierno e inolvidable de Barcelona, un hombre bueno, poeta, cantor e inspirador de risas y llantos... un video emotivo, de poesía recitada con el corazón en los labios.

buen humor

La velada de anoche en casa de unos amigos terminó con una linda sesión de risas, recordando a humoristas y personajes de esos que forman parte de nuestro imaginario del humor... aquí una pequeña antología de videos para ti, para que te rías un rato si te apetece y para, de paso, desearte un feliz fin viernes!!













Y una musiquilla freak para acabar:

miércoles, mayo 21, 2008

prosas apátridas III

Tras una tarde de escritura, recupero este fragmento para ti, a propósito del acto de escribir y de sus sonidos, sabores y desvelos...

"Ayer recordé súbitamente las noches de Miraflores y empecé a escribir una narración. Entonces y sólo entonces me di cuenta de que esas noches -dos o tres de la mañana- tenían una música particular. No eran silenciosas. En esa época, cuando vivíamos esas noches, decíamos incluso: "¡qué tranquilidad! no se escucha nada". Pero era falso. Sólo ahora, al rememorar esas noches con el propósito de describirlas, puedo darme cuenta de los rumores que las poblaban. Resacas de los acantilados, quejidos del lejano tranvía nocturno, ladridos de perros en las huacas y una especie de zumbido, de estampido persistente y ahogado, como el de una trompeta que gime en el fondo de un sótano. Comprendí entonces que escribir, más que transmitir un conocimiento, es acceder a un conocimiento. El acto de escribir nos permite aprehender una realidad que hasta el momento se nos presentaba en forma incompleta, velada, fugitiva o caótica. Muchas cosas las conocemos o las comprendemos sólo cuando las escribimos. Porque escribir es escrutar en nosotros mismos y en el mundo con un instrumento mucho más riguroso que el pensamiento invisible: el pensamiento gráfico, visual, reversible, implacable de los signos alfabéticos"

Julio Ramón Ribeyro

lunes, mayo 19, 2008

olivares y limones



Me he pasado una semana en la campiña de Córdoba. Una semana de madrugar y respirar el aroma de limones del limonero del patio de la casa de mis abuelos, de pasar el día hablando de la forma de salvarle a vida a los olivares enfermos de un hongo llamado Verticillium, de volver al atardecer cansada cantando con mi prima todos los hits de la radio y de perderme en la observación de un horizonte de llanuras y suaves montículos moteados de cientos de olivos vivos, señoriales, ritmados por los campos de trigo y girasoles, el primero mostrando ya su paso del verde al dorado y los segundos creciendo todavía, tiernos. Las amapolas de los márgenes, cada vez menos por culpa de los herbicidas, acompañaban con notas de color al entorno de tonos verdes, amarillos y azulados, con cielos preciosos enrojecidos algunas tardes y sembrados también... de nubes.

Las noches, en casa, con el brasero todavía en la mesa camilla y la compañía de Mª del Pilar, una mujer serena de la que aprendo muchas cosas y con la que comparto no solo toda mi vida sino también mi idea de cómo merece la pena vivir el futuro, serenamente y rodeada del amor auténtico de la gente auténtica.

Regreso con algún punto de tristeza porque no todo siempre es perfecto... pero con la firme voluntad de quedarme con esos aromas caseros de limón y cariño, y con esos paisajes de olivares al atardecer hasta donde se pierde la vista, pero nunca la mirada.

viernes, mayo 09, 2008

prosas apátridas II


en un día nublado...

" La luz no es el medio más adecuado para ver las cosas, sino para ver ciertas cosas. Ahora que está nublado he visto por el balcón mayor número de detalles en el paisaje que en los días soleados. Éstos resaltan ciertos objetos en detrimento de otros, a los que dejan en la sombra. La media luz del día nublado pone a todos en el mismo plano y rescata de la penumbra a los olvidados. Así, ciertas inteligencias medianas ven con mayor precisión y con mayores matices el mundo que las inteligencias luminosas, que ven solo lo esencial."

Julio Ramón Ribeyro

miércoles, mayo 07, 2008

Let's do it!

Noche casera, se acaba de ir una buena amiga y ahora espero a que llegue otra persona importante. Me ha dado por escuchar un poco a Dinah Washington mientras dejo a un dvd acabar su trabajo de memorización. En el conjunto azaroso del momento, me ha cautivado la alegría de una canción llamada "let's do it", una invitación preciosa al amor como algo natural, universal, sencillo como la vida misma.

La he buscado en youtube para ponértela y no la he encontrado, pero sí en cambio otra canción preciosa que habla casi de lo mismo, con otra voz preciosa ... la de Diana Krall. La canta en París, uno de esos directos en los que me hubiera gustado estar. Te dejo con esta, y te invito a que escuches la otra también.

En resumen... una noche en paz y con muchas ganas de querer!

miércoles, abril 30, 2008

prosas apátridas I


Hace un tiempo un buen amigo y consejero literario me recomendó a Julio Ramón Ribeyro y sus "Prosas apátridas" como lectura para un viaje de regreso a París (siempre se trata de un regreso a esa ciudad, pero aquella vez de forma especial). Me acompañó abriéndome puertas a ideas y reflexiones de una lucidez a veces sorprendente, a menudo afiladas como cuchillos, en ocasiones agrias pero la mayoría de ellas tiernas y poéticas, siempre minuciosas...
Ayer lo retomé en un rato de paz y lectura en casa. No lo acabé en aquel viaje, es un libro de esos a los que se puede volver siempre, leer por partes, a saltos, como la poesía. Pensé que podría estar bien crear una especie de saga de post's, irte dando de vez en cuando alguno de esos textos para que los saborees y los pienses si te apetece. Se explican por sí solos, así que te los iré dando así, desnudos, literales, completos cada uno en sí mismo. Tus comentarios serán bienvenidos y nos invitarán a todos a darle algunas vueltas más cuando nos inspire.

El primero, al azar, breve, es este... hace poco comentaba esto con una amiga cuando, atravesando paisajes lindísimos, no éramos capaces de saber el nombre de las especies de algunos árboles y plantas, y nos sentimos urbanitas perdiéndonos algo de la magia que encierra el hecho de ser capaces de ponerle nombre a esa belleza. Y qué decir de los cantos de los pájaros anónimos, de los insectos infinitos, o las estrellas...

Habituados a la ciudad, ignoramos, hombres de esta época, todas las formas de la naturaleza. Somos incapaces de reconocer un árbol, una planta, una flor. Nuestros abuelos, por pobres que fuesen, tuvieron siempre un jardín o una huerta y aprendieron sin esfuerzo los nombres de la vegetación. Ahora, en departamentos u hoteles no vemos sino flores pintadas, naturalezas muertas o esas raquíticas plantas de macetas que parecen sembradas por peluqueros.

¿Quién es Elisabeth?


Hoy gracias a un amigo he sabido quién es Josef Fritzl y cuál ha sido su crimen. Una historia espeluznante que me ha dado qué pensar un rato, porque hoy no tengo sueño o por casualidad. He pensado en bloggearla porque hay días en los que un nombre entra en tu vida, una historia lo hace propio, y de repente sabes para siempre algo que no sabías, sea del calibre que sea.
En homenaje a los descubrimientos y en absoluta condena al crimen de Josef Fritzl, el personaje que merecería ser completamente olvidado, especialmente por Elisabeth y su familia.

Aquí el link al artículo donde explica el caso, y más abajo un comentario que les he bloggeado a ellos directamente:

belen roldan
Creo que desde el punto de vista psicológico debe haber mucho que estudiar, como decía en uno de los otros comentarios Andrés. Como mujer y desde el punto de vista más o menos cercano a la víctima principal de este crimen que eso me otorga, creo que la fantasía o el miedo de cometer un acto sexual con el padre forma parte de nosotras en algún punto que no sé explicar... como primer referente masculino, ejerce un poder sexual sobre la mujer como hija, hija de un hombre varón que la engendró por ese mismo acto sexual...

No justifico a Elisabeth, y muchísimo menos a su padre, pero puedo entender que a cierto nivel esa atrocidad ha sido posible porque existen en la mente y la conducta humanas una serie de variables que pueden entrar en juego, como habrá sido este caso horrible. Me pregunto, después de pensar un rato en ello, por Elisabeth... dónde estará ahora y qué palabras diría si pudiéramos preguntarle. Y me imagino que seguramente tendría poco qué decir... así ha sido su vida. Solo ella puede entender o aceptar realmente y seguir viviendo. O no vivir.

Me pregunto... ¿quién es Elisabeth?

viernes, abril 25, 2008

tribulaciones...

Buenos días, de esos de madrugar y hacer muchas cosas lindas en poco tiempo... despertarse dulcemente, jugar entre sábanas, salir y descubrir un bello edificio nunca antes visitado en tu misma ciudad, desayunar en el bar de la esquina, mirar las copas de los árboles sobre un fondo azul celeste volviendo a casa, aún temprano, y sentirse penetrada en resumen por las tribulaciones de la vida... y encima, es viernes!
disfruta de tu fin de semana, de tus tribulaciones particulares, de tus razones y tus sinrazones. ¿Qué más da? ¡si son dos días y son nuestros!

te dejo con una música mañanera, ochentera, versión dance de un Rick Ashley mítico, como mínimo!la sintonía del bar de la esquina nos ha inspirado...!

miércoles, abril 23, 2008

Rosas, libros y sorpresas


23 de abril, leyenda de Sant Jordi, día del libro y de la rosa (del amor también), tradiciones convertidas en negocio sí, confinadas a un día cuando para el amor cualquier día es bueno, sí... pero que conservan a pesar de todo el encanto de las fechas que se visten de fiesta y hacen que la gente haga, diga, invente, pasee, regale... ¿por qué no?

Un post por el 23 de abril, por las rosas, los libros y por las sorpresas que son posibles por primera vez.

Una imagen vestida de rojo, sensualidad de flores y líneas que podrían ser letras o cualquier otra cosa que sale, parece, del corazón.


Ilustración: Eveline Tarundjaja

 
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