viernes, enero 25, 2008

queda

Ilustración: Sam Weber
Gritos sin sentido
y en todas direcciones,
interferencias como cuchillos
lanzados a ciegas
con demasiada prisa,
hiriendo a destajo
la fragilidad de nuestras penas.

Solo después, en el silencio,
queda lo que se rompe
y queda también
lo que ya estaba roto
antes de los gritos,
antes de nosotras mismas.

Quedan la soledad
y la incomprensión...
y el amor.

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