jueves, abril 17, 2008

Bikur Hatizmoret

Bikur Hatizmoret es el título original de la película La banda nos visita, que he ido a ver esta noche con un buen amigo. La dirige Eran Korilin y la producción es israelofrancesa (invento el término si no existe). Cuenta la historia de una banda de música tradicional árabe integrada por policías egipcios de Alejandría, que viajan a Israel para hacer su bolo en la inauguración de un centro cultural árabe de una pequeña ciudad perdida en le desierto de Negev. Por algún malentendido que acaba importando poco en realidad, acaban tiradísimos en el aeropuerto y se equivocan de pueblo al coger el autobús, con lo que acaban en una especie de colonia judía perdida y sin alma en apariencia, a excepción del pequeño restaurante de la carretera donde una bella mujer (y gran mujer) acaba acogiéndoles.

Es una historia de las que me gustan, sencillas en apariencia, modestas, pero llenas de algo que contar, de símbolos que interpretar. Me gusta porque lo cuenta desde el humor sutil, desde el absurdo y la caricatura en algunos momentos, y de la ternura en otros. Me gusta porque habla de la convicencia árabe-israelí desde una perspectiva fresca, original y muy humana o sentimental, que es al fin y al cabo el punto de conexión entre todos y lo que nos acaba igualando... el amor, la compasión, la solidaridad, la curiosidad, el juego, la música...

Me ha parecido bello el uso que hace del idioma, de las lenguas como barrera y como canal a la vez; el absurdo de que dos pueblos vecinos recurran al inglés para entenderse y la naturalidad con la que al final las tres lenguas se mezclan y conviven en armonía. En tierras de bilingüismo como la mía sucede a menudo ese fenómeno de la convicencia de las lenguas, y me parece bello siempre escucharlas danzar juntas y de la mano, más allá de las barreras y las fronteras que nos ponen o imponen más bien desde fuera, porque en la vida en realidad lo que hay son personas y sentimientos o ideas que comunicar.

Es curioso y paradójico que La Academia rechazara su candidatura a los Óscars como mejor película de habla no inglesa por tener demasiado inglés en el guión, y que en Egipto la Asociación de Actores la rechazara para el festival de Abu Dhabi por ser israelí... como si no tuviera algo que ver con ellos lo que se cuenta. En realidad, es una película que denuncia precisamente esas contradicciones y que, por suerte, ha recibido un gran reconocimiento en el mismo Israel y en Europa (Cannes, Munich, Atenas o Zurich), y ha sido la triunfadora en el Festival de Cine de Tokio. Tiene mi voto, en todo caso.

Te dejo con el tráiler, por si te anima a ir a verla.


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