lunes, abril 07, 2008

el mar

Esta semana pasada he estado cerca de mar, dos veces. La primera sola, atardecer soleado en Barcelona y el agua, algo revuelta, regalando sonidos y visiones. Las olas paseaban sus crestas, cumbres nevadas de espuma resbalando libres sobre el agua y rompiéndose por todos lados, como una sucesión de besos, interminable y circular.

La segunda con él, contigo, playa de mediodía queriendo nublarse y llena de sabores y luces... sensaciones... el preludio de algo aún más bello que merecerá un post a parte.
Es como si el mar me hubiera querido iniciar por el camino de la belleza, en un ascenso dulce e inevitable, hasta el éxtasis de la naturaleza y el amor en estado puro.

1 comentario:

Pancho Zen dijo...

Que será que este mar que tanto dañamos… igual nos cubre y entrega señales de amor??? Nos llama, nos seduce e invita???

En mi país.. los miles de kilómetros de mar nos regalan sensaciones increíblemente exaltadas. Pienso en aquellos que no conocen la sal en los pies, en el cuerpo, en el pelo…..

Felicidades para ti B. eres una de los afortunados que puede ver con otros ojos… más expectantes y alucinantes que los que adornan la cara… felicidades por el momento, siempre es único e imborrable.

 
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